domingo, 17 de abril de 2011

Algo para recordar *

¡Oh!, pues eran un millón de pequeños detalles, y al sumarlos todos se veía que estábamos hechos el uno para el otro. Y yo lo supe, lo supe la primera vez que la toqué. Fue como llegar a casa; solo que a una casa que nunca había visto, y fue al darle la mano para ayudarla a bajar de un coche…y lo supe. Fue como…magia.



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